Gencarelli, foto de Manhattan College |
Los profesores de comunicación del Tecnológico de Monterrey tuvieron un visitante la semana pasada: Thom Gencarelli, del Manhattan College, quien nos hizo pensar sobre qué estamos enseñando y de qué forma lo estamos haciendo.
Entre las preguntas que nos dejó, se encuentran:
- En 1985, Neil Postman escribió (en su obra Divirtiéndonos hasta la muerte) que el medio dominante de una cultura es el que moldea y determina esa cultura. En su época, Postman vio a la televisión como una degradación de todos los aspectos de la cultura (religión, literatura, educación, política) al servicio de una nueva forma de entretenimiento visual. Entonces, ¿cómo los medios digitales están definiendo y dando forma a nuestra cultura hoy en día?, se preguntó Gencarelli ¿Están degradando nuestra cultura o la están perfeccionando?
- ¿La inmediatez, urgencia y naturaleza visual de los medios digitales los hace menos capaces de apreciar la cultura de la palabra escrita?
- ¿Los medios digitales están cambiando la naturaleza de los discursos públicos acerca de la educación, la política y la religión?
- ¿Cómo hacemos para que los estudiantes tomen conciencia de que los medios digitales y las gigantescas compañías que hay detrás de estos (Comcast, Google, Disney, DirectTV, Viacom/CBS, Sony, Facebook, Twitter, Amazon, Yahoo) están dando forma a sus modos de pensar y de actuar (es decir, a su cultura)?
- ¿Qué deberíamos estar enseñando sobre los medios?
Un artículo acerca de la naturaleza de nuestra cultura requiere de un pensamiento atento. Y esto es algo que hacemos cada vez menos, debido a que estamos distraídos por las noticias urgentes y la información que nos llega a nuestro email, nuestros canales web, nuestras redes sociales y nuestra mensajería instantánea, por nombrar algunas de las tantas fuentes digitales de información que tenemos hoy en día.
Al pensar en bloguear sobre este tema, me di cuenta de que el asunto realmente no funcionaría en un blog, en donde la gente quiere leer algo rápido, obtener información de utilidad y seguir adelante. Mi propio proceso de pensamiento aquí es un ejemplo de cómo los medios – en este caso, los medios digitales – le dan forma a la cultura y al discurso público. Pero finalmente decidí escribir en el blog de todos modos. Así que quizás los seres humanos podamos trascender los medios en los que estamos sumergidos.
Aquí te presentamos algunos puntos clave tras tres días de discusión (que son una parte esencial de esa criatura mediática digital: el blog).
Gencarelli describió las cuatro revoluciones en la historia de la comunicación humana y nos preguntó si no estamos en el medio de la quinta:
- La primera revolución fue la invención del lenguaje hablado, quizá hace 40.000 años. Nos permitió inventar, compartir descubrimientos, comerciar, aprender, etc. Esta narrativa se convirtió en una forma de describir quiénes éramos, cómo funcionaba el mundo, qué era lo que valorábamos o qué cosas hacíamos (rituales, artes, religiones, poesías, etc.). Hubo algunas artes (la danza y la música) que incluso antecedieron la invención del lenguaje, según describe Susanne K. Langer en Filosofía en una Nueva Clave.
- La segunda fue el lenguaje escrito, hace unos 5.000 años atrás, impulsado en parte gracias a la invención de la agricultura otros 5.000 años antes. Con el lenguaje escrito pudimos depender menos de la memoria, señaló Gencarelli en su discurso, y también dedicarnos a pensar en profundidad. Esto llevó a la codificación del derecho civil y la religión, al desarrollo de las historias de los pueblos, a la aparición de variedades literarias (como la prosa) y al desarrollo de la filosofía, las ciencias y las matemáticas.
- La tercera fue la creación de la imprenta y los tipos móviles, que Gutenberg convirtió en un modelo industrial cerca de 1450. El material impreso se convirtió en algo más barato y accesible para muchas más personas. La invención promovió la alfabetización, democratizó la educación y dio lugar a violentas revoluciones contra la Iglesia de Roma y los sistemas monárquicos de gobierno.
- La cuarta revolución fue el desarrollo de las comunicaciones electrónicas, empezando por el telégrafo a comienzos del siglo XIX, y seguido de la radio y la televisión durante el comienzo y la mitad del siglo XX, respectivamente. Estas invenciones destruyeron efectivamente las barreras del tiempo y el espacio, lo que permitió que una persona en cualquier parte del mundo podía conocer las últimas noticias al poco tiempo de que ocurrieran. La televisión dio un paso aún más lejano y creo la información visual. Como observó Postman, ahora los predicadores de televisión, los presentadores de noticias y los políticos tienen que ser visualmente atractivos (ya no hay lugar para los presidentes gordos de la era de la comunicación impresa, como William Howard Taft).
Un profesor de sociología sugirió que en el mundo digital podemos crear muchas identidades, inclusive algunas que son falsas, y esto podría ser revolucionario.
Otros sugirieron que las redes sociales han reducido la importancia de las figuras de autoridad en la cultura; obtenemos noticias e información a través de recomendaciones de Facebook, Vine, YouTube, Pinterest y Twitter. Esto podría ser un derrocamiento de las figuras de autoridad revolucionario, comparable con la Revolución Francesa.
Otro profesor opinó que la quinta revolución es que la comunicación digital es constante, las 24 horas del día, y además es interactiva. Nuestros amigos en las redes sociales, nuestros contactos de WhatsApp y nuestra familia pueden llegar a nosotros a través de nuestros dispositivos, que están siempre presentes en cualquier momento.
Varios de la veintena de profesores que asistieron al seminario de Gencarelli lamentaron el hecho de que los estudiantes ahora quieren verlos como animadores. Han sido formados por la televisión y por otros medios para recibir la información y el conocimiento transmitido como un entretenimiento. La palabra escrita, dijeron, ha sido derrocada.
Algunos profesores lamentaron el “jueguificación” del aprendizaje a través de juegos de video, mientras que otros lo entienden como una herramienta para conseguir la atención de los estudiantes.
Para mí, lo que es revolucionario es que tenemos máquinas impulsadas por algoritmos, basadas en nuestro comportamiento en los medios digitales, que han comenzado a leer nuestras mentes con cada vez más precisión para que la información nos llegue de forma personalizada y contextualizada.
¿Qué hacer?
Un profesor de marketing y comunicaciones dijo que sus estudiantes están tan inmersos en el mundo virtual que lo confunden con la realidad. Por ejemplo, creen que dar un "me gusta" a un movimiento social en Facebook constituye una forma de activismo. Él tiene que explicarles que el activismo significa tomar acciones como participar en marchas o crear campañas puerta a puerta por una causa o un candidato.
Otros sugirieron que tenemos que enseñarle a los estudiantes cómo leer, desde que se volvió un acto antinatural de intensa concentración que no les brinda la posibilidad de hacer múltiples tareas como lo hacen en una red social.
Por último, Gencarelli sugirió que estudiemos la naturaleza de los propios medios digitales; no sólo su contenido o sus industrias, sino cómo estos forman los mensajes que enviamos y recibimos.
Él y los profesores del Tecnológico de Monterrey Alejandro Ocampo y Fernando Gutiérrez son miembros de la Media Ecology Association, que estudia lo que Postman llamó "la forma en que los medios de comunicación influyen en la percepción humana, la comprensión, los sentimientos y los valores; y cómo nuestra interacción con los medios facilita o impide nuestras posibilidades de supervivencia”.
También tienen entre sus referentes filosóficos a Marshall McLuhan, quien en su trabajo de 1964, Comprender a los medios de comunicación: las extensiones del ser humano, abordó la idea de que "el medio es el mensaje". En otras palabras, el medio es más importante en la transmisión del significado que el contenido del propio mensaje.
Más de lo mismo
El lenguaje oral cambió a los seres humanos y a su cultura. También lo hizo palabra escrita, la imprenta y los medios electrónicos. Los medios digitales están haciéndolo de nuevo. Paso mis días tratando de mantenerme actualizado con los cambios digitales, mientras también mantengo un pie en el pasado.
Una parte de mí siente nostalgia por el valor de la lectura. Fueron los libros y la lectura quienes le dieron forma a mi carrera, que comenzó en los estudios literarios y luego dio un giro al periodismo. Y si bien me encantó la película "Pequeño Gran Hombre", lanzada en 1970, recientemente tuve una experiencia mucho más enriquecedora leyendo la novela de 1964 escrita por Thomas Berger en la que se basó esta película.
Pero los medios de comunicación van y vienen. La Ilíada y la Odisea de Homero, elaboradas hace alrededor de 2.700 años, fueron versiones escritas de una tradición oral, con todas las características de un poema que era cantado a sus oyentes.
La Eneida de Virgilio, épica romana escrita unos 700 años después de Homero y realizada en base a epopeyas griegas, está en cambio dentro de una tradición de composición escrita.
El Paraíso Perdido de Milton, unos 16 siglos después de Virgilio, fue una epopeya que tuvo en cuenta a Homero, a Virgilio y a Dante, pero fue un texto impreso. Y fueron los textos impresos los que hicieron surgir a los movimientos por la democracia y la libertad de expresión en la Inglaterra del siglo XVII que Milton apoyó, así como también el regicidio que él defendió.
Cómo incentivar la lectura
Casi nadie lee cualquiera de estas obras excepto académicos y algunos de sus estudiantes. Tal vez siempre ha sido así: que sólo un puñado de literatos ha tenido el tiempo o el talento para explorar este tipo de obras de arte maestras y ver cómo ellas definían una lengua, una cultura, una religión o una filosofía.
Ahora nuestro trabajo como profesores es mostrar a nuestros estudiantes cómo los medios digitales determinan su vida y su cultura de la misma manera en que otras formas de la comunicación revolucionaron el pensamiento y el comportamiento humano en la historia. Para hacer eso tenemos que mirar al pasado, lo que significa lograr que los estudiantes lean.
¿Y cómo conseguir que lean? A través de la intimidación intelectual, dicen algunos. Explícales que es bueno para ellos. Avergüénzalos [si es que no leen]. Apela a su orgullo e independencia, mostrándoles cómo pueden no dejar manipularse por los medios digitales. Argumenta que la lectura y la correcta escritura son fundamentales para el éxito profesional en cualquier campo de la comunicación.
Haz un juego de esto. Recuerda que estás compitiendo por la atención de, en algunos casos, adolescentes que están acostumbrados a ser entretenidos. Como último recurso, si no puedes vencerlos, únete a ellos. Tal vez tengamos que tomar una respiración profunda, ingresar a ese salón de clases con algunas ayudas visuales, unirnos a Facebook y empezar a entretener.
Texto editado por Maite Fernández, directora de comunicación del Centro Internacional para Periodistas, ICFJ.org.
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