Sin
embargo, como grupo, tendemos a ser arrogantes y puritanos (me
incluyo en esta crítica). Tendemos a vernos como sacerdotes de una
profesión exclusiva y portadores de una normativa ética especial
que sólo unos pocos podemos cumplir. Nos vemos a nosotros mismos
como más puros, más objetivos y menos afectados por los prejuicios
de los simples mortales que cubrimos.
Eso
es al menos una parte de la razón por la que tenemos problemas en el
nuevo mundo del periodismo emprendedor, donde los periodistas lanzan
sus propios medios de comunicación. Si queremos fundar un medio,
tenemos que reconocer por primera vez que el periodismo es un
negocio, que alguien tiene que pagar las cuentas y que el periodismo
involucra el intercambio de dinero.
¿Dinero? Esta es una palabrota para los periodistas. Nos hace
ruborizar. Se lo asocia con el tráfico de influencias, grupos de
presión, el soborno, la corrupción y otros temas que suelen ser
cubiertos por el periodismo de investigación.
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Aquí
tienen otras malas palabras que los periodistas tendrán que aprender
a decir sin ruborizarse:
1.
Negocio.
El periodismo es un negocio. Sí, es un servicio público, pero debe ser rentable. Si no fuera rentable, los periodistas no
podrían ganar un salario. Ahora que no es tan buen negocio como
solía ser, los periodistas están dándose cuenta de que ellos
mismos pueden hacerlo mejor que sus empleadores.
Inicie su propio medio de comunicación, hágalo en línea a bajo costo y cree algo que sirva a su comunidad.
2.
Mercadeo
(marketing). Esta es la disciplina de identificar las necesidades y
aspiraciones de un público objetivo, de crear un producto para
servir a ese público y de hacerle llegar mensajes convincentes sobre
el producto. El marketing nos ayuda a alcanzar y servir a más gente
y servirle mejor. En su forma más básica, esta palabrota
significa conocer a sus clientes o lectores así como sus intereses y
aspiraciones.
Durante
el pasado medio siglo, los periodistas hemos vivido en una burbuja,
aislados de los lectores. Algunos de nosotros suponíamos que el
público tenía la responsabilidad cívica de leer nuestros artículos
aun
cuando prestábamos poca atención a escribirlos bien. Con demasiada
frecuencia escribíamos para impresionar a nuestros colegas o al
pequeño círculo de nuestras fuentes.
La
parte comercial de los periódicos funcionaba independientemente de
la parte editorial y producía unos márgenes de beneficio
excepcionales, incluso cuando escribíamos artículos aburridos,
irrelevantes y mal investigados. No existía la competencia de
decenas de miles de páginas web.
Demasiados artículos aburridos
La
verdad es que publicábamos las columnas y los artículos sin saber a
ciencia cierta si alguien realmente los leía y por eso no nos
importaba mucho quién era nuestro lector.
Hoy
día las reglas de juego han cambiado y todos tienen voz en
WordPress, Facebook y Twitter. Estamos descubriendo que "la
gente anteriormente conocida como el público" (Jay Rosen) tiene
cosas interesantes que decir y tiene a menudo información mejor y
más precisa que los periodistas profesionales. El público ha puesto
de manifiesto los defectos de nuestro trabajo en un modo al que no
estamos acostumbrados.
Esta palabrota - mercadeo - significa escuchar a los lectores para
entender sus necesidades y sus aspiraciones, tratarlos con respeto y
encontrar maneras de servirles.
Herramientas
como Google Analytics proveen una base estadística para conocer a
los lectores.
Aprenda a medir su lealtad. Descubra las comunidades en dónde viven los lectores de su sitio web. Vea cuánto tiempo por visita pasan los diferentes públicos y cuáles son los contenidos preferidos, etc. No hay que complacer al público sino conocerlo para servirle bien.
3.
Ganancias
(beneficios, utilidades). Incluso en una empresa de noticias sin
fines de lucro, hay que gastar menos de lo que se genera. Si usted no
está cubriendo sus gastos, no puede pagar los salarios, las
prestaciones, el web hosting, la luz, los equipos informáticos, el
transporte, el combustible, el alquiler, el teléfono, el agua…
Los
periodistas emprendedores tienen que aprender la disciplina de
controlar los ingresos y los gastos para generar beneficios.
La
palabra “beneficios” no es una palabrota, a pesar de que mucho
del periodismo de investigación se centra en las personas que
obtienen beneficios inmerecidos a través de la corrupción. Los
beneficios son buenos cuando son justamente ganados. Permiten el
mejoramiento de su producto para servir mejor a su comunidad. No hay
nada sucio en eso.
Aprenda lo básico de contabilidad. Hasta los especialistas en literatura pueden hacerlo.
4.
Cliente
(lector, usuario, suscriptor) - Esta es la persona que presuntamente
se beneficia del periodismo que el medio produce. El cliente utiliza
la información para tomar decisiones informadas acerca de los
negocios, la salud, las elecciones, el medio ambiente, la educación,
el entretenimiento, la vivienda, los juegos de computadora; las
posibilidades son infinitas en el mundo online de las publicaciones
de nicho.
Los
periodistas tienden a hablar de los lectores en abstracto, pero
ahora, con el surgimiento de las redes sociales, tenemos herramientas
para interactuar con nuestros lectores y descubrir lo que realmente
les importa.
Conozca a sus lectores y usuarios y bájese del púlpito para tener una conversación con ellos en las redes sociales.
5.
Anunciante
(patrocinador, auspiciador) - Esta es la persona o institución que
compra la publicidad u otro servicio del medio de comunicación. Los
mejores clientes entienden las reglas de juego, es decir que la
compra de un patrocinio o la publicidad no les da una voz en el
producto editorial.
Mi
consejo es poner esas palabras en el contrato y revisarlo en detalle
con el cliente potencial. Podría ser algo así: "Dado que el
valor de nuestro medio a los lectores, los anunciantes y los
patrocinadores depende de la credibilidad, no vamos a permitir que
cualquier cliente la ponga en peligro por intentar ejercer una
influencia inmerecida en el producto editorial". Al mismo
tiempo, una organización de noticias tendrá que ser más
transparente que en el pasado acerca de los procesos de redacción y
cómo se hacen las decisiones editoriales.
A menudo a los periodistas
les resulta difícil manejar la relación con los anunciantes porque
en los medios tradicionales no tenían nada que ver con ellos. La
parte comercial del medio manejaba todo eso. Pero en el mundo
digital, los periodistas deben conocer a la audiencia y su atractivo
a los clientes. Deben identificar oportunidades para la parte
comercial. Creo que los editores pueden ser los mejores vendedores de
un medio de comunicación, ya que pueden describir el valor del
producto mejor que nadie.
Reúnase con algunos posibles patrocinadores y anunciantes, y explíqueles cómo la integridad editorial del medio podría reforzar su propia marca, ya que el estar asociado a un medio de comunicación de prestigio le da credibilidad.
El
buen periodismo es un buen negocio
Si
usted comienza su propio medio de comunicación, es muy probable que
un día tendrá que decirle “no” a un anunciante-patrocinador.
Cuando
yo era jefe de redacción de Business First de Columbus, nuestro
periódico publicó una investigación sobre las manipulaciones de un
gran banco que buscaba que el gobierno del estado de Ohio se hiciera
cargo de la hipoteca de un edificio de oficinas sin inquilinos y
mudara sus empleados allí.
Para
el banco habría sido una buena solución a un mal proyecto. Para el
estado de Ohio y los contribuyentes, habría sido un mal negocio. El
artículo hizo que las negociaciones colapsaran. El banco, nuestro
mayor anunciante, canceló su contrato.
La
reacción de la directora general del medio, Carole Williams, fue ejemplar. La pérdida
del contrato y los ingresos nos dañará, dijo, pero no como para
requerir recortes del personal. Tuvimos otros anunciantes. Este tipo
de investigación reforzó nuestra credibilidad e hizo que otros
anunciantes quisieran ser asociados con nosotros, dijo. En otras
palabras, el buen periodismo era un buen negocio. A su vez, la
rentabilidad salvaguardaba nuestra independencia editorial.
En
este momento, el buen periodismo no siempre es un buen negocio,
porque la profesión y la industria están luchando por redefinirse.
Sin embargo, estoy seguro de que los periodistas pueden añadir
nuevas palabras a su vocabulario sin comprometer su integridad. Los
periodistas que aprenden a transformarse en emprendedores con
habilidades y conocimientos comerciales van a definir el futuro de la
industria. No sentirán ninguna vergüenza al pronunciar estas nuevas
palabras.
Totalmente de acuerdo con el espíritu del artículo. El problema es cuando algunos periodistas confunden y creen que hacer periodismo es lo mismo que hacer publicidad. Para que me entiendan pueden leer este artículo: Presidente de asociación de periodistas turísticos y su visión mercantil del turismo y del periodismo http://www.periodistasturisticos.org/noticias/presidente-de-asociacion-de-periodistas-turisticos-y-su-vision-mercantil-del-turismo-y-del-periodismo/
ResponderEliminarHay que mantener una barrera entre la parte comercial, como dice Ud. Pero los periodistas necesitan conocer a los lectores y entender cómo funciona el negocio del medio.
EliminarEn ocasiones es un poco difícil que el cliente, usuario comprenda que la asociación editorial-comercial son separadas, sobre todo tratándose de política. Hacerles ver que hay cabida para todos, pluralidad, en muchas ocasiones funciona e, incluso, como dice arriba, el propio anunciante se da cuenta, lo puede constatar y aquí también va de por medio nuestra credibilidad (de años). Ejemplar el caso del Business First.
ResponderEliminarSí, hay que demostrar esta equidad cada día y adoptar una política de transparencia. En la ausencia de información, la gente llena el hueco con suposiciones.
ResponderEliminarSoy periodista mexicano radicado en Cancún y les digo que en el DF el periodismo es más abierto, más de investigación, más crítico, acá está mediatizado por los famosos convenios de publicidad con los gobiernos municipales y estatal y que impiden publicar algo contra un alcalde o gobernador. Si no hay convenio, se lo acaban, destrozan la imagen del político o funcionario hasta que recurren al convenio firmado o de palabra...Gulp
ResponderEliminarObviamente este tipo de comunicación no sirve a nadie salvo los interesados, no el público. Lamento esta situación pero le aseguro que hay periodistas comprometidos en el Yucatán, como Isaín Mandujano y Bárbara Zucker y sus compañeros que publican la verdad.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que expresa en el Blog, y me gusto mucho el título " Un buen periodismo es un buen negocio" los periodistas también debemos ganarnos la vida, me encanta el periodismo innovador, me encanta que se lo vea también con otros ojos ( generar ingresos) sea del ámbito que sea, si es un buen artículo periodístico, siempre va generar ruido, por ende ganancias!!!!
ResponderEliminarMe encantó la nota!!!
Es interesante leer el artículo, considerando que los periodistas no hemos sido formados para vender publicidad y muchos pagamos nuestros espacios de otros ingresos, también en el caso de Honduras que muchos medios no les pagan salarios y les dejan abierta o promueven la aceptación de dinero bajo la mesa, a cambio de coberturas, entrevistas y "opiniones" favorables para los gobiernos de turno , personalidades u otros intereses creados. Estoy curiosa de conocer todos éstos procesos para crear medios auto sostenibles sin comprometer el contenido.
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