sábado, 17 de noviembre de 2012

Osnos de New Yorker: 'Buena escritura se basa en buen reporterismo'


BEIJING -- El corresponsal de The New Yorker en China, Evan Osnos, es tan buen narrador de historias en persona como en el papel.

En una reciente presentación, logró captar la atención de los alumnos de periodismo de la Universidad de Tsinghua hasta el punto de que estos dejaron de consultar sus mensajes de texto. Osnos les contaba cómo realizó el perfil de un ex peluquero llamado Siu Yun Ping, quien ganó cerca de 100 millones de dólares en el juego de baccará en Macao.

Durante la charla, Osnos compartió algunos secretos sobre cómo escribir para The New Yorker, una publicación conocida por sus perfiles tanto de los célebres como de los desconocidos. La mejor escritura, insistió, comienza con la investigación y la recolección de hechos y datos; fluye a través de los detalles recogidos en los documentos de los tribunales, de los archivos de medios de comunicación, de las disertaciones académicas y de los descuidados archivos públicos. En otras palabras, la escritura bien elegante está estrechamente vinculada al buen reporterismo.


Interesar a los no interesados

Para publicar algo en The New Yorker, un reportero debe hacer esfuerzos más allá de lo normal, Osnos dijo. El estándar es que el artículo logre que una persona que no tiene interés en un tema -- por ejemplo, los juegos de azar en los casinos de Macao -- lea cada palabra hasta el final.

La historia sobre el peluquero jugador ("El Dios de jugadores", 9 de abril 2012) comenzó con la consulta de un editor: ¿Tienes interés en Macao? En este caso, y por casualidad, Osnos sí tenía. 

Había estado juntando algunos recortes en un archivo de historias potenciales y había leído un poco sobre el tema. Tenía particular interés en la historia del peluquero: un intento de asesinato a un sospechoso de hacer trampas en el juego por parte de un empleado de un casino. Osnos pensó que esto podría transformarse en el ancla de su obra.

Finalmente organizó su investigación y la escritura en torno a varios elementos:
  • Cómo en tan solo media docena de años, Macao se ha hecho cinco veces más grande que Las Vegas en cuanto a ingresos de juego.
  • Por qué Macao existe como un apéndice de China y cómo encaja en la historia, la política y la economía del país.
  • El papel de Macao como centro de lavado de dinero para los que pretenden mover su riqueza fuera de China.
  • La ciencia de los juegos de azar y por qué los chinos tienden a correr mayores riesgos financieros que, por ejemplo, los estadounidenses.
  • Y, por último, la propia narración. ¿Quién era esta persona que ganó cientos de miles de dólares en el bacará y cómo pudo sobrevivir a los intentos de la mafia de matarlo?


Mafiosos no conceden entrevistas

Uno de los retos de escribir la historia fue encontrar a gente para hablar sobre cómo funciona la actividad criminal. "No puedes llamar a un miembro de la mafia y hacer que te hable." Sin embargo, en este caso existía un registro de los testimonios de varias de las figuras de la mafia acusados ​​de intento de asesinato en el caso de Siu.

Osnos también encontró una tesis doctoral que citó una encuesta de funcionarios condenados por corrupción en el que ellos describían cómo funcionaba el sistema. Había una telaraña de conexiones en el que todo el mundo participaba y mantenía el silencio a cambio de recibir su parte de los sobornos. 

Y, finalmente, tuvo que entrevistar a Siu, el propio jugador. "Para un perfil en New Yorker, tienes que conseguir al sujeto." El perfil no vale sin el sujeto principal. Pero nadie parecía saber dónde encontrarlo.

Una pista de otro reportero

Al final, un reportero de la televisión alertó a Osnos acerca de una noticia que mencionaba que Siu estaba desarrollando algunas casas en un barrio periférico de Hong Kong. Pero Siu evitaba las llamadas, no quería hablar. Por último, Osnos encontró al jugador cara a cara en el sitio de construcción y le convenció a someter a una entrevista.

"Tienen que ir más allá de las barreras" que encuentran en la búsqueda de información, dijo Osnos a los alumnos. "Hay que ser creativo y persistente". Esto es especialmente cierto en China, donde los empresarios son reacios a hablar con la prensa.

Un tip de Osnos: siempre lleva una sonrisa ingenua. La gente te verá menos amenazante y será más probable que te diga las cosas. (Gracias a Nicole Sy por esto.)

Gracias a María José Vázquez Schaich @vazmajo por editar este artículo. 

1 comentario:

  1. Cinco años después llego a éste artículo. Sin embargo, aún tengo la convicción que, en algún momento, pueda leer la historia escrita por Evan Osnos. Si tiene alguna forma de compartir el documento en español, se lo agradecería.

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