Este texto fue la base de la siguiente presentación en vídeo la Universidad de la Sabana, en Bogotá, Colombia. La presentación comienza en el vídeo a los seis minutos.
Nuestra oportunidad hoy día es de crear el futuro del periodismo.
Pero para hacerlo, necesitamos ajustar algunas de nuestras actitudes. Debemos crear nuevos modelos de negocio para lograrlo. Y por eso, necesitamos aprender a decir ciertas palabrotas sin ruborizarnos.
Esta necesidad de aprender proviene de la naturaleza de este oficio que para muchos es una vocación. Nosotros los periodistas debemos mantenernos al margen de las influencias indebidas para preservar nuestra credibilidad.
Pero a veces esta necesidad nos ha hecho un tanto arrogantes y puritanos (me incluyo en esta crítica). Tendemos a vernos como miembros de un sacerdocio y portadores de una normativa ética especial que sólo unos pocos pueden cumplir.
Esta es una de las razones por las que tenemos problemas en el nuevo mundo del periodismo emprendedor, donde cada periodista puede lanzar su propio medio de comunicación. Si queremos fundar un medio, tenemos que empezar reconociendo que el periodismo es como un negocio, que alguien tiene que pagar las cuentas y que eso implica entrar en contacto con la primera palabrota: dinero.
1. Dinero. Necesitamos superar nuestros prejuicios sobre esta palabrota. Hablar de ganar dinero en un negocio periodístico nos hace ruborizarnos porque asociamos el dinero con temas sucios como el tráfico de influencias, grupos de presión, el soborno, la corrupción y otros temas cubiertos por el periodismo de investigación.
Pero el dinero es el combustible de cualquier organización periodística. Sin dinero, los periodistas no reciben un salario digno. No pueden comprar una casa, la ropa, los alimentos. Sin salarios para la gente capaz, no hay periodismo.