Hay que decirlo una vez más: el problema no es que el alumno se distraiga con la tecnología, sino que el profesor tiene que cambiar los métodos y los contenidos de su enseñanza.
Lo fácil es trasladar la culpa a los alumnos y a los dispositivos, lo difícil es rediseñar la educación para adecuarla a la cultura de la conectividad. No se puede enseñar contra la cultura de los alumnos, hay que construir sobre ella.
Comprendo que haya docentes que se rindan, pero aliento a los que se adaptan y admiro a los que cambian.
Se pone demasiado foco en la cuestión de los móviles en las aulas, pero el reto no es tecnológico sino metodológico y se llama alfabetización digital.
Ver también: La atención de los alumnos se capta con lo que se enseña.